Se cumplen tres años de la caída de Hosni Mubarak y Egipto ha vuelto a la casilla de salida. Las protestas que dieron lugar al derrocamiento del dictador se han apagado para dar paso a un nuevo monopolio del poder militar.Este monumento instalado en el centro de la plaza Tahrir honra a los egipcios que salieron a las calles para acabar con Hosni Mubarak y también a quienes pidieron el fin de Mohamad Mursi.Aunque, en un intento de reescribir la historia, las autoridades incluyeron en el homenaje a las fuerzas de seguridad, las mismas que reprimieron aquellas protestas, dejando miles de víctimas mortales.Hoy este monolito sirve como atracción de unos pocos que lo visitan como un simple recuerdo del pasado.La plaza que pidió al unísono la caída de Mubarak se ve ahora repleta por la imagen del nuevo hombre fuerte del país, Abdel Fatah el-Sisi. Un militar de una generación más joven, que aspira a devolver a Egipto a manos de un gobernante procedente del Ejército.
Se cumplen tres años de la caída de Hosni Mubarak y Egipto ha vuelto a la casilla de salida. Las protestas que dieron lugar al derrocamiento del dictador se han apagado para dar paso a un nuevo monopolio del poder militar.Este monumento instalado en el centro de la plaza Tahrir honra a los egipcios que salieron a las calles para acabar con Hosni Mubarak y también a quienes pidieron el fin de Mohamad Mursi.Aunque, en un intento de reescribir la historia, las autoridades incluyeron en el homenaje a las fuerzas de seguridad, las mismas que reprimieron aquellas protestas, dejando miles de víctimas mortales.Hoy este monolito sirve como atracción de unos pocos que lo visitan como un simple recuerdo del pasado.La plaza que pidió al unísono la caída de Mubarak se ve ahora repleta por la imagen del nuevo hombre fuerte del país, Abdel Fatah el-Sisi. Un militar de una generación más joven, que aspira a devolver a Egipto a manos de un gobernante procedente del Ejército.
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